Quinto día de entrenamiento

Como ya se hizo costumbre, madrugamos a las 6:30 y los muchachos partieron al gimnasio. Yo hice una breve excursión al supermercado para prepararles el almuerzo a los niñitos. El menú del día de la fecha eran sándwiches vegetarianos.

Partieron a navegar a a las 10 y media pero para mí fue otro día de tierra. Por temas logísticos quedé confinada a otro día de supermercado y actividades varias.

Fuimos a buscar unos teléfonos prestados a lo de Sebas & Floppy (capos!) - el otro día tuvimos un gran desencuentro y decidimos que debíamos tener una vía de comunicación) - y de ahí partimos al Safeway más cercano donde adquirimos cantidades industriales de cereales. El muchacho de la caja me preguntó si estaban en sale y contesté con cara de resignación que tenía que alimentar a un pequeño batallón de bestias.

Después regresamos a hogar y Jején partió a buscar a su novia al aeropuerto. Yo escribí algunas cosas que tenía que escribir, hablé por Skype con mi familia entera y los muchachos seguían sin llegar.

A esta altura ya habrán adivinado que los muchachos nuevamente habían ido a hacer shopping sin mi. Mientras tanto yo lloraba. No de desilusión, sino porque estaba picando cebolla para la salsa de los fideos. Sí, el aburrimiento había llegado a este punto.

Cuando llegaron las simpáticas criaturas la comida ya estaba casi lista. Devoraron cuanto les puse adelante, y les había comprado de postre sorpresa unos chocolates en cajas de corazones para conmemorar San Valentín.

"Salimos con poco viento. Fue levantando hasta que más o menos soplaban diez nudos" declara el Tigre "Pasamos el Golden Gate por abajo, probamos con el Artemis (obviamente ganamos nosotros), y entrenamos largadas"

Les dejo algunas fotos de ayer.

Haciendo de ardilla

Yo también me subí al X40!! Notesé la velocidad extrema a la cual estabamos navegando! 

Mañana tenemos día libre! Vamos a hacer turismo! Igual la Ardilla ya nos amenazó con que nos levanta a las 6:30 igual. Y les aseguro que no quieren ver a la Ardilla enojada ("No me digas Ardilla" diría el susodicho si me viera escribiendo) Por lo pronto nos vamos a dormir para no desatar la ira del roedor.

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